
29 Oct La verdad sobre el dolor
La vida es compleja, tiene espacios de subidas y otros de bajada, pero también tiene estadios de línea recta en donde o todo fluye, o nada se mueve.
Decir en que debemos ser positivos en la vida, es hasta cierto punto una ilusión, a mi parecer, y según mi propio aprendizaje. No podemos estar positivos si estamos frente a una pérdida, si sentimos dolor. Tampoco podemos estar positivos si tenemos una crisis de ansiedad o nos encontramos bajo una depresión.
Lo que si podemos es sacar lecciones de vida, y entender para qué nos suceden las cosas, y qué podemos aprender la situación. Pero, todo esto va a responder al tiempo. Porque si nos encontramos viviendo un duelo, del tipo que sea, y de la profundidad que sea, como ya he dicho antes, hay que vivirlo.
Si tomamos una postura de ser positivos en medio de una pérdida, lo cierto es que estamos reprimiendo lo que realmente sentimos, que puede ser también un mecanismo de defensa, porque simplemente no queremos vivir el sufrimiento.
El sufrimiento, tantas veces mencionado y del cual tantas veces queremos huir. Y, sabes qué? La verdad del dolor es que en alguna etapa de nuestras vidas nos va a tocar. Bueno, en estos últimos dos años, en medio de una pandemia, nos ha tocado, y no solo una vez.
La verdad del dolor es que es tan cierto como la vida, hace parte de ella, y debemos dejarnos vivirlo. ¡Cómo duele que te diagnostiquen una enfermedad difícil! ¡Cómo duele saber de la enfermedad de un ser querido! Y, ¡Cómo duele vivir la enfermedad propia y la de nuestros seres queridos!
Otra cosa cierta del dolor es que no es solo uno, ni de un solo tipo, son tantos tipos de dolor, desde una negativa a una o varias postulaciones a un puesto de trabajo, el tener que dejar tu país para buscar otras oportunidades, hasta la pérdida de uno o varios seres queridos, ahora más comúnmente a repetición.
Lo cierto del dolor también es que nos regala la gracia de la confianza, aunque sea ya al final del camino; nos regala el valor de las cosas, las personas y los instantes, pero también nos regala una lenta pero magnífica transformación y crecimiento; solo hay que llevarlo como es y como el proceso se nos vaya dando.
Otra cuestión cierta del dolor es que no siempre es fácil ponerlo frente a nosotros, y se requiere un acompañamiento profesional para lograrlo, porque si no lo vemos cara a cara, lo vamos a reprimir y en algún momento, como una olla de presión, sacará con fuerza y no sabemos por dónde, todo junto.
El dolor lo vivimos todos, también es cierto, y por ello, no debemos sentirnos solos en el camino, unas son de cal y otras de arena, unas son dulces y otras amargas. Todo pasa!
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