¿Para qué corremos tanto?

¿Para qué corremos tanto?

Imagen solo para fines ilustrativos, no comerciales, tomada de:https://www.costainvest.org/acelerar-blog-inmobiliario-web-inmobiliaria/

El sistema nos pone a correr de forma replicada y superada de generación en generación, solo que en estos tiempos el acelere ya es de locura.

Es normal que haya una fuerza distractora de lo que si debería ser importante, versus lo que no lo es, y se ha adquirido una forma de vida tan fuera de nuestra verdadera esencia, que nos hace olvidar instantánea y permanentemente de que nuestro paso por esta tierra es en un abrir y cerrar de ojos.

Es fácil de comprender con la razón, pero interiorizarlo y hacer nuestras acciones un reflejo de ello es el verdadero reto; y, no se trata de fatalismo que conlleve a la desmotivación por  la vida, sino de darle un sentido diferente a lo que hacemos.

Y para darle ese sentido será necesario preguntarnos, para qué corremos tanto, porque desde pequeñitos los niños van corriendo a bañarse, medio desayunar para llegar a la escuela, cuestión que solo alimenta ansiedades y construcción sobre alimentada de un mundo acelerado que nos hace correr, y, de nuevo ¿para qué?.

Corremos cuando estamos más grandes, para tapar las ansiedades, los sonidos de la necesidad de sanar nuestro corazón que está cargado de resentimientos de los cuales no somos conscientes, y, no lo seremos hasta que nos detengamos un poco a ver, con la disposición a poner frente a nosotros el dolor.

¿Para qué corremos? para olvidarnos que somos mortales y para tapar el miedo rotundo a fallar, a que el trabajo nos salga “mal”, ¿a quedar en ridículo en el colegio o la universidad?; y todo eso no es más que una olla de presión que en algún momento va a llegar a su máximo, hará ruido, se somatizará, y ahí si, tendremos que parar.

Cuando logremos doblegar los deseos y ansiedades alocadas solamente con el fortalecimiento de la voluntad, utilizando la inteligencia, podremos dar un paso adelante.

La violencia en las calles, motociclistas corriendo por llevar un pedido o mandado porque la sociedad quiere todo hasta la comida en casa, nuestras carreras por llegar a tiempo, en medio de las carreteras colapsadas, el cansancio, la fatiga y la gran lucha por subsistir de la mayoría, porque hay necesidades claras que cumplir, son el resultado solo de un sistema acelerado, alocado de obtener la recompensa inmediata, de no saber esperar, del menor esfuerzo.

Para qué corremos, en esta semana he visto muchos casos de correr hacia la muerte por un pedido, un  mandado o llegar al trabajo.

Debemos enfocarnos en nuestra verdad más real, la interna, con la mirada en lo alto y adentro, que nos permita poner los pies sobre la tierra y transformar nuestras acciones hacia fines superiores, cumpliendo lo que nos corresponde con responsabilidad, voluntad e inteligencia.

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