
30 Ago Perder el trabajo implica un proceso de duelo
Hemos crecido creyendo que las cosas se deben hacer de tal o cual manera. Pasamos quince años estudiando en el colegio, otros 5 en la universidad, 3 en la primera maestría, otros tres en la segunda, 4 años en un doctorado y así… ¿Y cuál es el fin de todo esto? Encontrar un empleo bien remunerado que vaya acorde a mi preparación profesional. Si todo va bien, encuentras el empleo que siempre has querido, con un buen salario y prestaciones, puedes comprar lo que quieras, invertir, vestir y comer bien. Si las cosas no van tan bien, te empleas sea en tu especialidad u otra materia, y vas saliendo adelante poco a poco. La vida sigue, llevas tu rutina de lunes a viernes, de lunes a sábado o de lunes a domingo, te desarrollas, adquieres nuevas habilidades, tienes tus encontronazos de vez en cuando con otras personas, el tiempo no te alcanza, vives lleno de estres, pero en fin, ganando un salario, haciendo lo que te gusta, ojalá, sino pues te acostumbras, y vas avanzando.
Nos acostumbramos a una forma de vida, a una rutina, a un estatus, pero qué pasa cuándo perdemos el trabajo, sea porque terminó el tiempo para el cual fuimos contratados, por reestructuración de la empresa o institución, o lo que sea.
Lo que pasa es que empezamos a enfrentar un duelo, todo cambia de un dia para el otro, la tristeza, desesperanza y angustia aparecen, se ha perdido una forma de vida, una fuente de ingresos -que a veces es la única- la mente nos empieza a jugar fuerte y a sacar desde lo más profundo nuestras creencias limitantes de carencia, impotencia, culpabilidad y frustración.
Y debemos tomar en cuenta que, es un proceso de duelo, que llevará tiempo, y que debemos dejar que las emociones que sentimos afloren sin resistirnos, y esto no significa debilidad, es simplemente algo normal, es una reacción natural frente a una pérdida, en este caso de trabajo. Pero hay que tener muy en cuenta que si bien es cierto es una reacción natural, debemos observar que si las emociones de tristeza y desperanza nos superan, y que, si hay depresión, es imprescindible buscar ayuda para poder salir adelante.
Es cierto también que la realidad en muchos países es que las oportunidades de empleo son bajas o ya están dirigidas a personas específicas, y que esto solamente puede incrementar la frustración de la persona que enfrenta la pérdida de trabajo; cada cosa que sucede es una oportunidad para aprender algo más profundo que nos deje como legado un crecimiento interior.
El aprendizaje vendrá y las oportunidades no siempre llegan, hay que crearlas. Hoy se habla mucho de reinventarse, pero eso requiere tiempo, perseverancia, constancia y mucha confianza, pues no es un camino fácil.
El dolor es un gran maestro, y todo en esta vida pasa, alegrías y tristezas pasan. Si estás enfrentando duelo por pérdida de trabajo, vívelo, pero no te detengas por mucho tiempo, muévete, actualízate, mantente vigente entre tus amistades, dedica tiempo a pensar qué más podrías hacer. No estás solo en esto, son cientos de personas viviendo esta pérdida, y estoy segura que todos saldrán adelante! Hay otras formas de hacer! Actúa y confía!
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